El crimen ocurrió en el barrio de Barracas y volvió a sacudir a las fuerzas de seguridad de la Ciudad. El agresor, Gabriel Fernando Danielo, era policía y había sido denunciado por violencia un día antes de matar a Marcela Heredia, la pareja de su ex. Después de mantenerla como rehén durante más de diez horas, se quitó la vida.
Todo comenzó la noche del lunes 2 de junio, cerca de las 23, cuando Danielo entró armado a la casa de su exesposa en la calle Olavarría al 1600. Allí estaban ella, una mujer de 37 años, y su actual pareja, Marcela Heredia, de 49. Danielo disparó y mató a Heredia, y luego mantuvo a su ex como rehén hasta la mañana siguiente.
Durante más de diez horas, la policía intentó negociar. Participaron el Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF), psicólogos y personal especializado. A las 10:30 del martes, Danielo se disparó en la cabeza frente a los oficiales.
Una historia marcada por la violencia
Gabriel Fernando Danielo tenía 39 años y un largo paso por las fuerzas de seguridad. Había comenzado en la Policía Federal y luego se sumó a la Policía de la Ciudad, donde trabajaba en la Comisaría Comunal 2B. Fue separado del cargo días antes del crimen.
El lunes, apenas 24 horas antes del ataque, su exesposa lo había denunciado en la Oficina de Violencia Doméstica por amenazas. En su declaración, mencionó su miedo por el acceso del agente a armas de fuego y alertó sobre episodios anteriores de hostigamiento.
A pesar de la denuncia, Danielo seguía con su arma reglamentaria. No se le había impuesto ninguna restricción de acercamiento. Esa falta de reacción terminó facilitando el ataque.
Fanático de las motos y conocido por su mal carácter
Danielo solía mostrarse en redes sociales con motos de alta cilindrada. Participaba en encuentros de fanáticos y era parte activa de ese mundo. Pero entre quienes lo conocían, también era común hablar de su temperamento explosivo y sus conflictos, tanto en el trabajo como en su vida privada.
Según allegados a su expareja, durante la relación ya había mostrado conductas violentas, y todo empeoró tras la separación. El vínculo se tensó aún más cuando se enteró de que ella había empezado una nueva relación.
Una noche larga y una escena dramática
Durante horas, la policía rodeó el lugar. Intentaron mantener contacto con Danielo para evitar que la situación escalara. Estaban presentes el SAME, equipos tácticos y personal especializado.
Pasaron diez horas de tensión. Al final, Danielo se disparó. La mujer que estuvo retenida sobrevivió, aunque en estado de shock. En el lugar trabajó la Unidad Criminalística y tomó intervención la fiscalía especializada en violencia de género.
Críticas por la falta de respuesta ante la denuncia
La causa quedó en manos de la Unidad Fiscal Sur. Además del crimen, se investigan posibles fallas institucionales: por qué no se tomaron medidas tras la denuncia del día anterior.
El caso vuelve a poner sobre la mesa los vacíos en los protocolos para proteger a víctimas de violencia de género, especialmente cuando el agresor es parte de las fuerzas de seguridad y tiene acceso a armas.
Organismos de derechos humanos y grupos feministas ya expresaron su preocupación. Señalan que, una vez más, la respuesta llegó tarde. La tragedia de Marcela Heredia podría haberse evitado.