La Corte Suprema dejó firme la condena al ex integrante de la Policía Metropolitana Ricardo Gabriel Ayala, quien en 2015 le disparó tres veces a Cabello en el barrio de La Boca.
El ex policía Ricardo Gabriel Ayala fue detenido para comenzar a cumplir la condena a 16 años de prisión por haber intentado matar a Lucas Cabello en noviembre de 2015, en la puerta de su casa del barrio porteño de La Boca.
La medida se concretó luego de una resolución de la Corte Suprema de Justicia, que la semana pasada rechazó un recurso presentado por la defensa y dejó firme la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°1. El pedido había sido formulado por la Fiscalía General ante los Tribunales Orales en lo Criminal N°1, a cargo del fiscal Horacio Azzolin.
Según se comprobó durante el juicio, Ayala disparó tres veces contra Cabello —en el cuello, la ingle y la pierna— cuando el joven regresaba a su casa ubicada en Martín Rodríguez al 500. La agresión fue realizada sin motivo justificado, mientras el efectivo se desempeñaba como custodia judicial en una vivienda de la zona.
El rápido traslado al hospital y la intervención médica permitieron salvarle la vida, aunque las lesiones fueron gravísimas e irreversibles: Cabello sufrió parálisis en sus cuatro miembros, una traqueotomía y una gastrostomía, además de la extirpación de un testículo y daño permanente en la columna cervical.
El tribunal —integrado por los jueces Adrián Pérez Lance, Luis Salas y Fernando Ramírez— consideró que el ataque fue una tentativa de homicidio agravada por el abuso de la función policial y el uso de arma de fuego.
La confirmación judicial
En mayo de 2022, la Sala 2 de la Cámara Nacional de Casación Criminal y Correccional ratificó los fundamentos de la condena, desestimando los argumentos de la defensa, que había intentado instalar la idea de una supuesta “legítima defensa”.
El juez Daniel Morín recordó que ninguna persona vio un arma en poder de Cabello y que las pericias confirmaron que las balas pertenecían al arma reglamentaria del acusado.
“Ayala produjo tres disparos a muy corta distancia con un arma 9 milímetros, de alto poder destructivo, y tuvo tiempo de advertir cómo cada uno debilitaba a la víctima”, señaló el fallo.
El magistrado también descartó que el caso pudiera encuadrarse en la figura de “exceso en la legítima defensa”, al sostener que Ayala nunca actuó bajo una causa de justificación legal, sino con clara intención de matar.
