Al menos siete personas murieron y más de 28 resultaron heridas en una serie de ataques con bombas y disparos en el suroeste de Colombia, informaron medios locales.
Las acciones violentas tuvieron lugar en Cali, la tercera ciudad más grande del país, y en varias localidades cercanas. Entre las víctimas fatales hay dos policías, según reportes oficiales.
Los ataques incluyeron el uso de coches bomba, motos bomba, fuego de rifles y un dron sospechado. El Ministerio de Defensa colombiano confirmó que se produjeron 19 ataques en total, repartidos entre las regiones de Cauca (12) y Valle del Cauca (7).
Desde el gobierno, describieron la violencia como “una reacción desesperada de grupos armados ilegales ante las operaciones masivas de las fuerzas militares y policiales, que han devastado sus estructuras y economías ilícitas”.
Medios locales vincularon algunos ataques a una facción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el histórico grupo guerrillero, aunque esta información no pudo ser verificada de manera independiente.
El alcalde de Cali comparó la situación con la violencia de finales de los años 80, cuando la ciudad estaba dominada por el narcotráfico y los carteles.
Estos hechos se producen días después del intento de asesinato contra el candidato presidencial Miguel Uribe Turbay en Bogotá, quien resultó ileso. Un adolescente de 15 años fue detenido en el lugar y enfrenta cargos por tentativa de homicidio y posesión ilegal de armas.