La reciente publicación de imágenes de la tumba del Papa Francisco ha conmovido a los fieles y al mundo entero. La tumba, ubicada en la iglesia de Santa María la Mayor en Roma, destaca por su sencillez y solemnidad: sobre la piedra que lleva el nombre con el que el pontífice fue conocido, reposa una sola rosa blanca, acompañada por un crucifijo iluminado tenuemente por un foco de luz. Este acto simbólico refleja la humildad que marcó su pontificado.
Tras el funeral público en el Vaticano el sábado, el Papa Francisco fue enterrado en esta basílica, uno de los principales lugares de culto de la capital italiana. A pesar de que tradicionalmente los papas son sepultados dentro de los límites del Vaticano, el Papa Francisco había expresado en 2022 su deseo de ser enterrado en Santa María la Mayor, debido a su devoción por la Virgen María.
La iglesia abrió sus puertas al público el domingo, y desde entonces, miles de peregrinos y ciudadanos han acudido para rendir homenaje. Entre ellos, Rosario Correale, un fiel italiano, expresó lo que muchos sienten: “Realmente nos dejó una huella”. La peregrina polaca Maria Brzezinska también compartió su impresión, destacando que el lugar de descanso del Papa reflejaba su humildad. “Siento que está exactamente como el Papa. Él era sencillo, y su lugar ahora también lo es”, comentó a Reuters.
El Papa Francisco siempre mostró una devoción profunda por la Virgen María, y la basílica de Santa María la Mayor, que data del siglo IV, es un testimonio de su fe. La iglesia, situada cerca del bullicioso Coliseo y la estación Termini, es un sitio que el Papa había frecuentado a lo largo de los años, tanto como cardenal como pontífice.
El funeral del Papa Francisco, celebrado el pasado sábado, fue una ceremonia multitudinaria, con la asistencia de jefes de estado, monarcas y miles de católicos que se alinearon en las calles del Vaticano. Durante la homilía, el cardenal Giovanni Battista Re recordó el legado del Papa Francisco, subrayando su constante llamado a “construir puentes, no muros”.
El funeral también se convirtió en el escenario de un encuentro entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky. En su conversación, Trump cuestionó la disposición del presidente ruso Vladimir Putin para poner fin a la guerra en Ucrania, un conflicto por el que el Papa Francisco había pedido la paz repetidamente.
El ataúd del Papa fue trasladado en una emotiva procesión por las calles de Roma, donde 140.000 personas se alinearon para rendir su último adiós. El cortejo fúnebre, a bordo de un popemóvil blanco, cruzó el río Tíber y pasó por algunos de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, como el Coliseo y el Foro Romano.
Con el periodo de luto en curso, la atención se dirige ahora hacia el futuro de la Iglesia Católica, con la posible convocatoria del cónclave para la elección del próximo Papa. Aunque aún no se ha fijado una fecha, se espera que el proceso comience el 5 o 6 de mayo, con la participación de 135 cardenales, lo que lo convertiría en el cónclave más grande de la historia moderna.