El Reino Unido anunció este martes sanciones contra dos ministros israelíes de extrema derecha por “reiteradas incitaciones a la violencia contra comunidades palestinas” en los territorios ocupados de Cisjordania. Se trata de Itamar Ben-Gvir, ministro de Seguridad Nacional, y Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas, quienes quedarán impedidos de ingresar al país y verán congelados todos sus activos en territorio británico.
La medida, impulsada por el secretario de Relaciones Exteriores David Lammy, se enmarca en una acción conjunta con Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Noruega. “Estos actos son inaceptables. Por eso actuamos ahora, para responsabilizar a quienes incitan al extremismo violento y cometen graves abusos contra los derechos humanos de los palestinos”, expresó Lammy ante el Parlamento británico.
Ambos funcionarios forman parte del ala ultranacionalista del gobierno de Benjamín Netanyahu y han sido duramente cuestionados por su retórica incendiaria y su oposición a permitir la entrada de ayuda humanitaria en Gaza. En reiteradas ocasiones, propusieron la reubicación forzosa de los palestinos fuera de ese territorio, medida considerada por la comunidad internacional como violatoria del derecho humanitario.
Desde Jerusalén, la reacción oficial fue inmediata. El ministro de Relaciones Exteriores, Gideon Saar, calificó la decisión como “inadmisible” y anticipó que el gabinete se reunirá la próxima semana para definir una respuesta. Por su parte, Smotrich, durante la inauguración de un nuevo asentamiento en Cisjordania, expresó su “desprecio” hacia la postura británica y acusó a Londres de intentar “una vez más impedirnos construir en la cuna de nuestra patria”.
Aumento de la presión internacional
Estas sanciones llegan en un contexto de creciente tensión diplomática. En los últimos meses, Reino Unido ha endurecido su postura frente a la política israelí en Gaza y Cisjordania. El 19 de mayo, junto con Francia y Canadá, denunció la ofensiva ampliada sobre Gaza y advirtió sobre posibles violaciones al derecho internacional. Un día después, suspendió las negociaciones de libre comercio con Israel, sancionó a colonos violentos y citó al embajador israelí en Londres.
Según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores británico, el objetivo es frenar el aumento de la violencia por parte de colonos israelíes que, en lo que va de 2024, alcanzó los niveles más altos en dos décadas. El ministro Hamish Falconer señaló en la Cámara de los Comunes que los ataques han provocado muertes de civiles palestinos y el desplazamiento de comunidades enteras.
Falconer también aseguró que tanto Smotrich como Ben-Gvir fueron advertidos previamente sobre su conducta, pero persistieron en sus declaraciones incendiarias. “La retórica de limpieza étnica y expulsión masiva no puede tener cabida en el discurso político”, agregó, en referencia a comentarios recientes de Smotrich sobre la necesidad de “limpiar Gaza”.
Un gobierno sostenido por la extrema derecha
Las sanciones golpean el corazón del gobierno israelí, cuya frágil coalición depende del respaldo de los partidos de ambos ministros: Otzma Yehudit (Poder Judío), liderado por Ben-Gvir, y Sionismo Religioso, conducido por Smotrich. Juntos, suman 13 de los 64 escaños con los que el oficialismo mantiene su mayoría parlamentaria.
Desde el inicio del conflicto con Hamas, en octubre de 2023, el número de víctimas ha alcanzado cifras dramáticas. Según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 54.900 personas han muerto a causa de los bombardeos israelíes. Del lado israelí, el ataque inicial dejó 1.200 muertos y 251 secuestrados.
La comunidad internacional, incluidos líderes como Emmanuel Macron, Justin Trudeau y el propio David Lammy, ha intensificado sus críticas al accionar del gobierno de Netanyahu, particularmente en lo que respecta a la expansión de asentamientos y las operaciones militares en zonas densamente pobladas.
Repercusiones en la política británica
Desde el arco político británico, las reacciones no se hicieron esperar. Mientras el Partido Liberal Demócrata celebró la medida aunque lamentó “la demora en aplicarla”, sectores conservadores evitaron pronunciarse directamente sobre las sanciones. La exministra del Interior, Dame Priti Patel, se limitó a remarcar la necesidad de liberar a los rehenes y garantizar el acceso de ayuda humanitaria.
Este nuevo capítulo en la relación entre Londres y Tel Aviv evidencia un cambio de postura en la diplomacia británica, que durante décadas mantuvo una posición más moderada hacia Israel. Las presiones sociales, parlamentarias y de aliados clave parecen haber inclinado la balanza hacia una actitud más crítica frente a las violaciones de derechos humanos en los territorios ocupados.