Con el cierre de alianzas en agenda y la vice fuera de juego, el PJ busca ordenar su interna a contrarreloj
Con la definición de candidaturas cada vez más cerca y sin la presencia de Cristina Kirchner como posible figura electoral, el peronismo en la provincia de Buenos Aires encara una serie de negociaciones clave para evitar fisuras que debiliten su desempeño en las próximas elecciones.
Según informaron fuentes partidarias a Radio 10 Mar del Plata, la condena contra la exmandataria operó como un catalizador que obligó a cada sector a tomar postura y acelerar conversaciones. Por un lado, el kirchnerismo duro, por otro el espacio que acompaña al gobernador Axel Kicillof, y en tercera instancia el Frente Renovador que conduce Sergio Massa, ya juegan sus cartas pensando en el 9 de julio, fecha límite para sellar alianzas.
Aunque Cristina Kirchner queda al margen de la boleta, su peso dentro del oficialismo sigue intacto. La movilización permanente frente a su casa y los actos multitudinarios en Plaza de Mayo y Parque Lezama ratifican que su influencia es determinante en el armado del mapa electoral. Sin embargo, su ausencia abre un escenario distinto que pone a prueba a intendentes y dirigentes que deberán tejer consensos en tiempo récord.
Kicillof apuesta a una lista unificada
Desde la Gobernación, la línea es clara: “En septiembre vamos a intentar llegar con una lista de unidad que incluya a todos los sectores”, adelantó Kicillof en su último paso por Plaza de Mayo. Ese gesto, que buscaba distender relaciones con el entorno de CFK, contrasta con los rumores sobre un posible desembarco del líder de La Cámpora en la Tercera Sección Electoral, una posibilidad que ya encendió alertas entre los jefes comunales.
En el entorno cercano a la exvicepresidenta aclararon que hoy la prioridad no es especular con candidaturas, sino resolver el esquema general que permita contener a todas las corrientes internas. “Todavía es prematuro hablar de nombres; lo primero es ordenarse y luego ver qué espacio ocupa cada uno”, aseguraron.
Massa también pide calma y diálogo
En paralelo, desde el massismo entienden que la condena contra Cristina “despertó” al peronismo y reforzó la necesidad de mantener la unidad para las elecciones de medio término. “Fue un catalizador que se leyó como un ataque al movimiento, y eso nos obliga a estar juntos y evitar fisuras que beneficien a Milei”, indicaron desde el entorno del ministro de Economía a NA.
La semana que viene promete definiciones: los diferentes espacios deberán poner primera y asumir que, si no logran sintetizar sus diferencias, el resultado puede ser una derrota que le facilite el terreno a los libertarios en el territorio más poblado del país.










