En su paso por el programa Sueños y Sonido en Radio 10 Mar del Plata, Kanki Alonso dejó en claro una realidad que preocupa: la zona sur de la ciudad enfrenta un deterioro ambiental y urbano que parece no tener freno.
“La reserva turística y forestal Paseo Costanero Sur, declarada en 1995, está siendo sistemáticamente degradada”, señaló Alonso, marcando que el plan de manejo aprobado por ordenanza en 2009 hoy es poco más que papel mojado. A pesar de las leyes y normativas que protegen este valioso espacio, que abarca el 62% del frente marítimo del Partido de General Pueyrredón, las acciones privadas ilegales y la inacción estatal están llevando al colapso del patrimonio natural y la salud pública.
Contaminación y salud en riesgo
Uno de los puntos más alarmantes de su denuncia fue la contaminación de los arroyos que atraviesan la región: Corrientes, Lobería, Seco, Chapadmalal y Las Brusquitas, entre otros. Según Alonso, estas aguas reciben vertidos cloacales directos de balnearios y emprendimientos turísticos, afectando no solo el ecosistema, sino también a las infancias que juegan en las playas fluviales formadas por estos arroyos.
“Las aguas están contaminadas con enteropatógenos, como lo indica la resolución 125/2017 del Ministerio de Salud de la Nación, y esto genera daños graves, en algunos casos irreversibles”, afirmó. Sin embargo, ni las autoridades municipales ni los organismos responsables han tomado medidas para declarar la veda sanitaria o remediar esta situación.
¿Turismo o negocio privado?
Alonso también apuntó contra los desarrollos inmobiliarios en zonas protegidas. En 2022, se aprobó la ordenanza 25.848, que modificó indicadores urbanísticos para permitir construcciones de hasta 12 metros de altura en el balneario La Reserva, una decisión que viola el Código de Aguas provincial. “Para construir estos edificios se planea talar 750 árboles que datan de 1940, y además se permitirá que sus cloacas vuelquen al arroyo Corrientes”, denunció.
El Estado, ausente
“La policía, en lugar de proteger derechos, actúa como seguridad privada de los balnearios, impidiendo el acceso público a las playas”, agregó Alonso, cuestionando el modelo de ciudad que prioriza el beneficio de unos pocos por sobre el bienestar colectivo.
El impacto de estas acciones trasciende lo ambiental: “Mar del Plata está en un punto crítico, con una crisis de seguridad y una vulneración sistemática de derechos. El modelo turístico actual maximiza ganancias para pocos y deja a la población lidiando con la contaminación y la pérdida de espacios públicos”.
¿Hacia dónde vamos?
Con la temporada de verano ya en marcha, Alonso instó a reflexionar sobre el futuro: “Estamos ante una crisis climática global, y acá seguimos talando árboles, contaminando playas y priorizando negocios.