En un acto cargado de militancia y energía juvenil, la precandidata a legisladora nacional por el Nuevo MAS, Manuela Castañeira, ratificó su apuesta por una salida anticapitalista a la crisis y reclamó un salario mínimo de 2 millones de pesos. “En esta Argentina hay algo viejo que se terminó, y lo nuevo tiene que surgir”, afirmó durante su discurso frente a estudiantes y trabajadores en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
Castañeira destacó el rol de la universidad pública y la cultura crítica como motores de resistencia frente al ajuste y las políticas del gobierno actual, al que calificó de “cruel, fascistoide y de bufones asquerosos y monstruosos”. La dirigente mencionó la participación de artistas y bandas de rock insurgente, que según ella, mantienen viva la voz de los trabajadores y las causas populares.
El discurso incluyó fuertes críticas a la política tradicional: “Están los viejos vinagres que no lo quieren. Están los que dicen que esperemos al 2027. Están los que dicen calma. Están los que se esconden debajo de la mesa. Las direcciones sindicales tradicionales no hacen nada”, sostuvo, e instó a construir una alternativa anticapitalista desde abajo, en plazas, lugares de trabajo y centros de estudio.
Castañeira aseguró que el Nuevo MAS buscará llevar estas propuestas al Congreso de la Nación, con el objetivo de poner sobre la mesa temas que, según la dirigente, los legisladores actuales ignoran. Entre sus prioridades se encuentra el proyecto de salario mínimo de 2 millones de pesos para garantizar un trabajo digno y una vida con derechos.
La precandidata enfatizó la importancia de la militancia y la participación colectiva: “Necesitamos que lleguen esa propuesta a cada compañero, a cada vecino, a cada familiar, para que también la milite. La construcción de lo nuevo depende de todos nosotros”, afirmó.
El acto contó con la presencia de referentes locales del Nuevo MAS, estudiantes, jubilados anticapitalistas y trabajadores de distintos sectores, quienes acompañaron la propuesta de Castañeira de “un futuro sin explotación ni opresión”, reafirmando su compromiso con la solidaridad, el humanismo y la verdadera libertad
