El fenómeno conocido como “Ala de Pájaro” podría repetirse en las próximas horas, afectando radios, internet y satélites
La NASA emitió una nueva advertencia ante la posibilidad de que ocurran más tormentas solares severas en las próximas horas, con potencial para provocar interrupciones en sistemas de comunicación, redes eléctricas y operaciones satelitales. La alerta se generó tras la detección de una poderosa erupción solar de clase X2.7, la más intensa registrada en lo que va del año.
Según informó la agencia espacial estadounidense, esta clase de fenómenos —que forman parte del ciclo solar de 11 años actualmente en su fase de “máximo solar”— puede generar tormentas geomagnéticas capaces de afectar tanto la tecnología en órbita como infraestructuras terrestres.
La reciente explosión solar fue acompañada por una eyección de masa coronal (CME) de gran escala, una nube de plasma solar que, en esta ocasión, adoptó una particular forma similar a alas extendidas, motivo por el cual fue bautizada informalmente como “Ala de Pájaro”.
Interferencias, desvíos aéreos y auroras en latitudes inusuales
La tormenta provocó interferencias temporales en sistemas de radio de alta frecuencia en regiones del Medio Oriente y alteraciones en varios satélites de comunicaciones. Además, generó una tormenta geomagnética de nivel G2, lo que podría derivar en fluctuaciones en la red eléctrica, problemas en el posicionamiento satelital (como el GPS) y cambios en las rutas de vuelos polares por seguridad aérea.
“La estructura y magnitud de la eyección indican una alta probabilidad de impacto con el campo magnético terrestre”, explicó la física espacial Tamitha Skov, especialista en clima espacial.
Uno de los efectos más visibles de este tipo de tormentas es el aumento de la visibilidad de auroras polares. En las últimas horas, se registraron auroras boreales y australes en latitudes inusuales, incluso en zonas que no suelen ser testigos de este tipo de fenómenos.
Aumento de manchas solares y nuevas erupciones
Los especialistas advirtieron que esta actividad está vinculada al incremento de manchas solares —áreas de fuerte magnetismo en la superficie solar—, lo que podría derivar en nuevas explosiones dirigidas hacia la Tierra en los próximos días. Desde la NASA se continúa monitoreando la situación minuto a minuto para evaluar posibles impactos.