La motosierra que arrasa con la cultura: la denuncia de Eva Ayala

La concejal Eva Ayala no se guarda nada en su reciente crítica hacia Guillermo Montenegro, describiéndolo como “una motosierra en versión segunda marca”. Un calificativo fuerte, pero que cobra sentido al observar el impacto de sus políticas culturales en Mar del Plata.

En ciudades de renombre como París, Barcelona, Río de Janeiro o Medellín, los paseos de artesanos son un orgullo local, un imán para el turismo y una fuente de sustento para miles de familias. Incluso en destinos más cercanos, como Tucumán, Villa Gesell o Mar de Cobo, las ferias artesanales son cuidadas y promovidas. Sin embargo, en Mar del Plata, el trato es muy distinto.

De abandono a expulsión: la decadencia de los paseos artesanales

Ayala denuncia cómo Montenegro ha desarticulado la histórica feria de artesanías, un espacio que durante décadas no solo ofreció empleo a cientos de familias, sino que también funcionó como un punto de encuentro para locales y turistas. Pero en lugar de potenciarlo, el gobierno municipal lo dejó morir de abandono, para luego expulsar a los artesanos y reemplazar su arte por baldosas frías y sin alma.

Esto no es potenciar. Esto es arrasar.

La cultura, en la cuerda floja

La lista de agravios hacia la cultura marplatense no termina aquí. Ayala también señala el cierre de la Biblioteca Pública y la eliminación de la Secretaría de Cultura, dos símbolos de una gestión que parece priorizar el cemento por sobre las personas. A esto se suma la destrucción de organismos musicales, la persecución del único circo local y una aparente indiferencia hacia el arte como motor de desarrollo y cohesión social.