Cientos de miles de personas se concentraron este sábado en Tel Aviv, en un acto multitudinario previo a la esperada liberación de los rehenes israelíes por parte de Hamas, tras casi dos años de conflicto. La multitud expresó su gratitud hacia el expresidente estadounidense Donald Trump, considerado clave en la negociación del alto el fuego y del retorno de los secuestrados.
El enviado especial de EE. UU., Steve Witkoff, aseguró ante la multitud que los rehenes “están volviendo a casa” y destacó la participación de Trump en el acuerdo. Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, recibió abucheos por parte del público, crítico con su gestión del ataque del 7 de octubre de 2023 y la demora en la liberación de los rehenes.
Por su parte, en Gaza, medio millón de palestinos regresaron al norte del territorio, que quedó devastado tras la retirada de las tropas israelíes. La vida cotidiana sigue marcada por la destrucción: familias encuentran sus hogares arrasados y los servicios humanitarios aún limitados. La ONU, a través del Programa Mundial de Alimentos (WFP), informó que sólo unos pocos camiones de ayuda han ingresado hasta ahora, pese a la escala prevista en el acuerdo de alto el fuego.
El acuerdo prevé que Hamas libere a los 48 rehenes restantes antes del lunes al mediodía, mientras Egipto organizará una cumbre en Sharm El-Sheikh para consolidar el fin de la guerra. Se espera la asistencia de más de 20 líderes internacionales, incluidos Trump, Emmanuel Macron y Keir Starmer.
Mientras tanto, Hamas moviliza a sus combatientes para consolidar el control de Gaza, y persisten tensiones internas y choques con clanes locales. Las consecuencias humanitarias son graves: un informe de la ONU estima que 500.000 personas en Gaza sufren hambre, aunque Israel lo niega y atribuye la situación a Hamas y a las agencias de ayuda.
