El Tesoro de Estados Unidos confirmó que, en octubre, giró Derechos Especiales de Giro (DEG) por USD 872 millones a la Argentina. Ese refuerzo permitió al Gobierno de Javier Milei afrontar a comienzos de noviembre el último vencimiento del año con el FMI, en un momento marcado por la falta de divisas y la caída de las reservas netas.
La operación quedó reflejada en los registros del Fondo de Estabilización Cambiaria, donde se observa el aumento de la tenencia de DEGs por parte del Banco Central y, en paralelo, la reducción del stock en las cuentas norteamericanas. La transferencia se encuadró dentro del swap financiero que ambas administraciones activaron recientemente, en un gesto que volvió a exhibir el respaldo de Washington a la política económica local.
Un movimiento clave en plena tensión cambiaria
De acuerdo con la consultora 1816, entre el 9 y el 25 de octubre Estados Unidos compró pesos en el mercado local por unos USD 2.000 millones, una maniobra que buscó estabilizar la cotización del dólar en la previa de las elecciones legislativas. Esa intervención estuvo vinculada al estratega Scott Bessent, asesor cercano al expresidente Donald Trump.
Parte de esos fondos llegó a colocarse en Letras del BCRA por un corto período. Pero, a fines de octubre, dejaron de figurar en los balances semanales del Central. Para los analistas, ese movimiento confirmó que Estados Unidos cerró su posición en pesos y, en lugar de repatriar la inversión, activó el swap: la deuda del BCRA pasó de estar nominada en moneda local a estar denominada en dólares.
Ganancias para Washington y presión sobre las reservas
El informe de 1816 estimó que Estados Unidos obtuvo alrededor de USD 53 millones por diferencia cambiaria en su incursión en pesos. Si se suman los intereses generados, el beneficio total ronda los USD 70 millones. “El puente financiero argentino genera ganancias para el pueblo estadounidense”, había señalado Bessent semanas atrás.
Para el Banco Central, en cambio, la consecuencia fue un nuevo pasivo en dólares por USD 2.500 millones, a lo que se sumó un aumento de USD 1.000 millones en pases en moneda extranjera. Con estos cambios, las reservas netas —valuadas a precios de mercado— apenas alcanzan los USD 275 millones y podrían ubicarse en terreno negativo si se incluyen futuros vencimientos del Bopreal.
Un desafío para el programa con el FMI
La metodología que utiliza el Fondo para medir reservas netas incorpora ajustes por valuación de oro, yuanes y DEGs, junto con los pasivos dolarizados del BCRA. Bajo ese cálculo, la Argentina está a unos USD 13.000 millones de la meta comprometida para diciembre de 2025. Los analistas anticipan que el Gobierno deberá negociar un nuevo waiver y un esquema de objetivos revisado.
La confirmación de los USD 872 millones consolida un capítulo más en la relación financiera entre Buenos Aires y Washington: asistencia directa para cumplir con el FMI, reservas internas en su nivel más crítico y una ganancia significativa para el Tesoro norteamericano en su apuesta por pesos argentinos.










