En una entrevista con LN+, el presidente Javier Milei cargó contra la vicepresidenta Victoria Villarruel, marcando distancias tanto políticas como personales. Según el mandatario, Villarruel está “cerca del círculo rojo” y es parte de lo que su espacio define como “la casta”. Además, subrayó que la vicepresidenta no tiene injerencia en las decisiones del Ejecutivo, ni participa en reuniones de gabinete. “Ella decidió no participar”, afirmó, y definió su trato como “estrictamente institucional, lo necesario para cumplir nuestros roles”.
El líder de La Libertad Avanza dedicó parte de los 66 minutos de la entrevista a repasar los cambios recientes en su equipo de gobierno. Entre ellos, destacó la salida de Diana Mondino, quien fue reemplazada por Gerardo Werthein en Cancillería tras el controvertido voto argentino contra el embargo a Cuba en la ONU. Con frialdad, Milei confesó: “Tardé 30 minutos en echarla”.
El mismo criterio implacable aplicó a Nicolás Posse, su exjefe de Gabinete y amigo de 18 años. “Mis ministros tienen libertad de acción dentro de nuestras ideas. Pero no tienen permitido cometer ni un milímetro de error”, sentenció. El mensaje fue claro: ni la cercanía personal ni los años de lealtad son garantías de permanencia en el gabinete.
Por último, Milei abordó la posibilidad de demoler el edificio del ex Ministerio de Desarrollo Social, aunque evitó confirmarlo. “Estamos evaluando si debe continuar. No sé si es funcional sacar el edificio. En todo caso, hay que analizar las necesidades del ministerio”, deslizó, dejando abierta la puerta a una medida que promete sumar polémica.
El tono de la entrevista mostró a un presidente dispuesto a endurecer su discurso y a marcar su estilo de liderazgo con decisiones rápidas y categóricas, en un contexto de crecientes tensiones internas y externas.