“Volver al lugar donde falleció mi hijo fue muy chocante. Pero sigue todo igual. La madera se mueve, hay fenólicos a punto de caer. El municipio lo sabe, el fiscal lo sabe, y nadie hizo nada”, dice Diego Ayala, padre de Ryan, el joven que murió el 20 de febrero en Punta Mogotes cuando una placa de fenólico voló desde una obra abandonada y lo golpeó mientras pasaba en moto por la Avenida de los Trabajadores.
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Este Sábado, en diálogo con el programa Sueños y Sonidos por Radio 10 Mar del Plata, Diego relató con crudeza la situación que atraviesa su familia y la indignación por el archivo exprés de la causa penal. “Se cerró en un mes y un día, porque decían que no había responsables. Pero hay un arquitecto, hay una empresa, y hay denuncias previas. Esto no fue un accidente: fue una tragedia anunciada”, sostuvo.
La semana pasada, tras dos movilizaciones pacíficas —una en el lugar de la tragedia, otra en pleno centro marplatense— lograron que el fiscal que había archivado el caso los recibiera. “Nos reunimos y después de hablar una hora, accedió a reabrir la causa. Nos dijo que el lunes la vuelven a activar y que se va a investigar. Eso nos lo prometió de palabra”, contó Diego.
Lo que más lo conmueve es la falta de acción concreta: “La obra está igual. No pusieron ni una cinta de peligro. Hay fenólicos sueltos, maderas que se mueven con el viento, cosas colgando de la losa. El riesgo sigue ahí, para cualquiera que pase caminando o en auto. Es increíble que no haya pasado otra desgracia”, denunció.
Según explicó, hay decenas de denuncias previas de vecinos y advertencias sobre el estado del edificio. “Hasta mataron perros con los perros guardianes que tenían ahí. Nadie hizo nada. Y después pasó esto con Ryan. No queremos que quede así. Porque mañana puede ser otra persona”, dijo con la voz quebrada.
Piden que el Municipio actúe
Diego también contó que hubo algunos contactos con el área de Asistencia a la Víctima y con funcionarios de Obras del Municipio, pero sin resultados concretos. “Lo mínimo que deberían hacer es allanar la obra, verificar lo que está mal y clausurar el lugar como corresponde. No podemos confiar solo en promesas. Queremos hechos”, pidió.
También relató que un vecino del edificio lindero debió poner una malla sobre su techo “para que no le caiga nada desde la obra de al lado. Así vivimos en esta ciudad, cuidándonos de lo que debería cuidar el Estado”.
La familia de Ryan —acompañada por vecinos y organizaciones civiles— seguirá exigiendo que la Justicia avance con la investigación y que el Municipio actúe antes de que la historia se repita. “A Ryan no lo vamos a recuperar, pero si logramos evitar otra muerte, su partida no será en vano”, cerró Diego.
