El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, volvió a apuntar contra el régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego, criticando con dureza los beneficios fiscales que mantienen a flote a gran parte del entramado productivo en esa provincia. En declaraciones radiales, aseguró que las empresas fueguinas “solo ensamblan productos importados” y reclamó que el régimen “debería ir a la baja”.
“El sistema actual lleva décadas y no ha logrado niveles reales de competitividad. Básicamente, lo que hacen es armar lo que viene desarmado del exterior, con beneficios impositivos enormes”, disparó el funcionario, alineado con la política de desregulación del presidente Javier Milei.
Francos consideró que se trata de un régimen que “encarece los productos” en el resto del país, y que en un contexto global de precios tecnológicos en baja, resulta insostenible mantener este tipo de protección. “Hay que generar un marco competitivo entre todos los argentinos, y Tierra del Fuego no puede quedar fuera”, sentenció.
La ofensiva oficial se enmarca en la decisión del Gobierno de avanzar con una baja de aranceles para productos tecnológicos importados, lo que provocó una inmediata reacción del sector industrial. La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) respondió con un paro total en las plantas de Ushuaia y Río Grande, en defensa de los puestos de trabajo amenazados.
Desde el oficialismo, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, defendió la iniciativa afirmando que “la protección vigente daña el empleo y la productividad”. Según sus números, el régimen habría provocado una pérdida neta de 60.000 empleos a nivel nacional.
“El menor precio de la electrónica para 47 millones de argentinos es plata que se libera para otros consumos”, dijo Sturzenegger en redes sociales, insinuando que ese ahorro reactivaría otras áreas de la economía. Lo que no explicó es cómo se sostendrá el empleo en una provincia donde gran parte de la actividad gira en torno a esa industria.
Por su parte, el CEO de Newsan, Luis Galli, advirtió que con estas medidas será inviable seguir fabricando celulares en el país. “El régimen no solo era empleo, sino inversión, desarrollo y cadena de valor. Ahora todo eso queda en el aire”, lamentó. También denunció la falta de una transición: “Se está cambiando de reglas de un día para el otro”.
El gobierno de Milei apuesta a una apertura sin anestesia, y Tierra del Fuego parece ser uno de los primeros territorios en pagar los costos. Mientras en la Casa Rosada se celebra la “libertad de mercado”, en el sur se teme por el futuro de miles de familias que podrían quedar a la deriva.