Pasadas las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, el Concejo Deliberante de General Pueyrredon renovó la mitad de sus bancas: 12 de las 24 que integran el cuerpo. El resultado dejó un mapa político fragmentado, en el que el oficialismo, pese a haberse impuesto, deberá construir acuerdos para gobernar.
La victoria de Fernando Muro, candidato de Alianza La Libertad Avanza, le permitió al espacio oficialista sumar cinco concejales. Un número importante, aunque insuficiente frente a las ocho bancas que debían renovar. El saldo: diez concejales propios, lejos de la mayoría.
En segundo lugar quedó Fuerza Patria, con la concejal Mariana Cuesta como referente. Superó los 20 puntos y logró ubicar a tres ediles en el recinto. Muy cerca, a apenas un punto y medio, apareció Acción Marplatense, con el exintendente Gustavo Pulti como figura. El dirigente deberá definir en las próximas semanas si asume personalmente su banca o si la ocupa Raúl Calamante, mientras que está confirmado el ingreso de Melisa Centurión.
El radicalismo, por su parte, sorprendió con su estrategia de boleta corta. El movimiento les permitió entrar con dos figuras de peso: la periodista Gabriela Azcoitia y el senador provincial Ariel Martínez Bordaisco. Una jugada que les devuelve presencia propia, con cuatro bancas en total.
El resultado configura un Concejo con la siguiente distribución: oficialismo (La Libertad Avanza + PRO + CC) 10, Fuerza Patria 6, Acción Marplatense 4, UCR 4. Un tablero que anticipa la necesidad de diálogo, consensos y rosca permanente.
La disputa por la presidencia del HCD ya empezó. No se trata solo de un cargo protocolar: la figura que conduzca el cuerpo será clave para ordenar la agenda política y marcar la relación de fuerzas con el Ejecutivo.
En este escenario, tras la salida de Guillermo Montenegro a la legislatura bonaerense, Agustín Neme asumirá la intendencia con un desafío evidente: no hay margen para la imposición unilateral. La gobernabilidad dependerá de su capacidad para tejer acuerdos y de la predisposición de las oposiciones para acompañar proyectos que consideren prioritarios para la ciudad.
El Concejo que se viene no será cómodo para nadie. Ni para el oficialismo, que deberá reconocer sus límites, ni para la oposición, que tendrá que decidir si será un bloque de contención o un actor con propuestas alternativas. La política local ingresa en una etapa donde el consenso no es una opción: es la única forma de que General Pueyrredon avance.
Por Franco Canales para Radio 10 Mar del Plata.