La Cámara Federal de La Plata confirmó los procesamientos de nueve personas —seis mujeres y tres hombres— en una causa que investiga una organización dedicada al ingreso y comercialización de estupefacientes dentro del Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza. Además, ratificó la prisión preventiva de tres de los imputados.
La decisión fue adoptada por los jueces César Álvarez y Roberto Agustín Lemos Arias, quienes consideraron probado el delito de comercialización de drogas agravado por haberse cometido de manera organizada y dentro de un establecimiento penitenciario, conforme a la Ley 23.737.
Según informó la Fiscalía Federal N° 2 de Lomas de Zamora, a cargo de Cecilia Incardona, la investigación reconstruyó el funcionamiento de la banda entre noviembre de 2019 y julio de 2024. El grupo operaba mediante el ingreso de pequeñas cantidades de droga transportadas por mujeres que se presentaban como parejas de los internos y, en muchos casos, exhibían certificados de embarazo falsos para evadir los controles de rayos X.
Una vez dentro del penal, los estupefacientes eran entregados a los reclusos para su distribución interna. La fiscalía detalló que las maniobras también se extendieron a la Unidad Penitenciaria N° 60 de Merlo y a la Alcaidía N° 10 bis de la Policía de la Ciudad.
El funcionamiento de la organización estaba claramente estructurado: había internos coordinando desde adentro, recaudando peculios y controlando la venta, mientras que colaboradores externos proveían la droga y falsificaban certificados médicos. Incluso se utilizaron cuentas bancarias y billeteras virtuales de familiares para canalizar los fondos obtenidos.
Las investigaciones realizadas por la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR) y la Dirección General de Análisis Criminal y Planificación Estratégica de la Persecución Penal (DAC) no hallaron participación de personal del Servicio Penitenciario Federal en estas maniobras, aseguraron las autoridades.
Según informaron fuentes judiciales a Radio 10 Mar del Plata, la causa representa uno de los casos más complejos de ingreso de drogas a penales federales en los últimos años, por la sofisticación del mecanismo utilizado y la coordinación entre internos y externos.
