Un estudio realizado por AHF Argentina encendió las alarmas al detectar que el 28% de los hombres diagnosticados con sífilis ya habían cursado la infección con anterioridad. Los datos surgen de sus Centros Comunitarios de Salud Sexual en la Ciudad de Buenos Aires y Rosario.
El dato cobra especial relevancia en un contexto donde los casos de sífilis en el país se duplicaron en los últimos años. Según el último Boletín Epidemiológico Nacional del Ministerio de Salud, en 2025 se reportaron 12.268 casos acumulados, lo que representa un incremento del 95% respecto al período 2020-2024.
Una infección silenciosa pero peligrosa
La sífilis es una infección de transmisión sexual (ITS) causada por la bacteria Treponema pallidum. Puede pasar inadvertida en sus etapas iniciales, ya que suele comenzar con una llaga indolora en los genitales, el recto o la boca. Si no se trata a tiempo, puede afectar órganos vitales como el corazón o el cerebro, e incluso causar la muerte.
“La persona que tuvo sífilis no queda inmune y por eso puede reinfectarse. Hay que darle a la comunidad la posibilidad de acceder a un diagnóstico temprano”, alertó el Dr. Miguel Pedrola, Director Científico de AHF para América Latina y el Caribe.
Testeo frecuente y abordaje integral
Durante el primer trimestre del año, AHF Argentina detectó 125 nuevos diagnósticos: 101 fueron hombres, de los cuales 28 eran reinfecciones. También se registraron 21 casos en mujeres cis y 3 en mujeres trans.
Desde la organización remarcan la necesidad de fortalecer la prevención combinada, una estrategia que va más allá del uso del preservativo e incluye testeo regular, campañas informativas, acceso garantizado a tratamientos, y la creación de espacios de atención inclusivos y respetuosos.
“La prevención no puede recaer solamente en la responsabilidad individual. Se necesitan políticas públicas activas que aseguren insumos, test rápidos y atención amigable”, enfatizó Pedrola.
Sífilis: por qué es clave detectarla a tiempo
Si no se diagnostica, la infección puede avanzar a etapas más severas como la sífilis secundaria, con lesiones en la piel, fiebre y compromiso de ganglios. En fases avanzadas, puede dañar el sistema nervioso, el corazón y otros órganos, con consecuencias irreversibles.
El tratamiento sigue siendo eficaz: una o más dosis de penicilina, aplicadas según indique el médico, permiten curar la enfermedad.