Una ruta para disfrutar sin apuro entre historia, arte y naturaleza. General Pinto, General Villegas, Rivadavia y Florentino Ameghino proponen una travesía única por la provincia de Buenos Aires, ideal para el próximo fin de semana largo o en cualquier momento del año.
Dejarse llevar por caminos arbolados, pueblos que guardan secretos centenarios y paisajes que parecen pintados a mano. Así se vive esta experiencia por el noroeste bonaerense, una región donde la historia se palpa en sus museos, la calma se respira en sus lagunas y la cultura florece entre cascos históricos y plazas arboladas.
Día 1 – General Pinto, historia y descanso campestre
A poco más de cuatro horas del AMBA, General Pinto recibe al viajero con su sello rural y hospitalario.
El recorrido arranca en el Museo y Fuerte General Lavalle, donde se conservan vestigios de la Campaña al Desierto: objetos del siglo XIX, piezas de pueblos originarios y herramientas agrícolas que narran el origen de estas tierras.
El Parque Municipal Martiniano Charras es la parada ideal para descansar bajo la sombra, disfrutar del aire libre y aprovechar las instalaciones con parrillas, natatorio y canchas deportivas.
Para quienes prefieren el silencio del agua, las lagunas cercanas ofrecen buenas jornadas de pesca antes de seguir camino hacia General Villegas, donde se pasa la primera noche.
Día 2 – General Villegas, arte y literatura en el aire
La segunda jornada tiene nombre propio: Manuel Puig.
El Circuito Cultural Manuel Puig invita a recorrer los escenarios reales que inspiraron a Coronel Vallejos, la ciudad ficticia donde transcurren Boquitas pintadas y La traición de Rita Hayworth.
“Villegas es conocida mundialmente gracias a la obra de Puig”, asegura Patricia Bargero, bibliotecaria y escritora que aún vive en una de las casas del autor.
El programa “Puig en acción” suma talleres, charlas y eventos literarios que mantienen viva su impronta.
Muy cerca, el Museo Municipal de Bellas Artes Carlos Alonso resguarda joyas del arte argentino, entre ellas la impactante serie La guerra al malón.
La tarde se presta para recorrer el Parque Municipal, disfrutar del verde y cerrar la jornada con una cena tranquila en el casco urbano.
Día 3 – Rivadavia, entre memorias y naturaleza
El viaje continúa rumbo a Rivadavia, donde el pasado y la naturaleza se entrelazan.
En la antigua estación ferroviaria de América funciona el Museo Histórico de Rivadavia, con objetos fundacionales y una conmovedora Sala de San Mauricio.
El Museo Argentina Intercultural propone un encuentro con el legado de los pueblos originarios, mientras que el Vivero Forestal Francisco P. Moreno deslumbra como el bosque artificial más grande de la provincia.
Con tirolesa, puentes colgantes y senderos arbolados, el lugar es un punto fuerte del turismo activo.
Para el cierre del día, la Laguna Cuero de Zorro ofrece uno de los espejos de agua más buscados por pescadores y familias. La noche vuelve a encontrarse en Villegas.
Día 4 – Florentino Ameghino, arquitectura y cultura
El broche de la travesía está en Florentino Ameghino, donde la historia y la arquitectura dialogan entre sí.
El Palacio Municipal, el Centro Cultural, la Sociedad Española, la iglesia local y la Estación Hesley conforman un circuito urbano que combina elegancia, memoria y tradición ferroviaria.
El regreso: postales que perduran
Tras casi cinco horas de ruta hacia el Área Metropolitana, el viajero vuelve con la certeza de que este rincón del noroeste bonaerense guarda una belleza serena.
Entre lagunas, cascos históricos y voces del pasado, la región invita a volver siempre: porque aquí, la historia se camina, se respira y se escucha.










