En un contexto marcado por la desesperación y el hambre en Gaza, el enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, visitará este viernes el enclave palestino para inspeccionar centros de distribución de alimentos, según confirmó la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. El funcionario estará acompañado por el embajador estadounidense en Israel, Mike Huckabee, con el objetivo de “asegurar un plan para entregar más alimentos y reunirse con habitantes locales para conocer de primera mano la crítica situación en el terreno”.
La visita de Witkoff llega tras un encuentro “productivo” con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, donde abordaron los “dilemas humanitarios” en Gaza, particularmente en lo relativo a la asistencia alimentaria.
Masacre en Zikim: más de 50 muertos mientras buscaban comida
Mientras tanto, el drama humanitario se intensifica. La cifra de muertos en las últimas 24 horas asciende a 111 personas, 91 de ellas mientras intentaban acceder a ayuda humanitaria, según informó el Ministerio de Salud gestionado por Hamas.
El episodio más cruento tuvo lugar el miércoles en el cruce de Zikim, al norte de Gaza, donde al menos 54 personas fallecieron y más de 400 resultaron heridas cuando una multitud aguardaba la llegada de camiones con alimentos. Imágenes difundidas muestran a heridos y cadáveres siendo transportados en carretas hacia el hospital al-Shifa de Gaza.
La Defensa Civil, también bajo administración de Hamas, aseguró que soldados israelíes dispararon contra la multitud. El Ejército israelí (IDF) admitió haber efectuado “disparos de advertencia”, aunque sostuvo que “no tiene constancia de víctimas por fuego israelí”.
Naciones Unidas denuncia “hambre provocada”
En un informe reciente, agencias de la ONU advirtieron que “el peor escenario de hambruna ya se está desarrollando” en Gaza, donde la población asciende a unos 2,1 millones de personas. La organización responsabilizó directamente a Israel por imponer restricciones a la entrada de suministros, algo que el gobierno israelí niega, asegurando que no hay límites para el ingreso de ayuda humanitaria.
Sin embargo, hace apenas cuatro días, Israel anunció medidas para “facilitar” la distribución de ayuda, incluyendo “pausas tácticas” diarias en tres zonas del enclave y la creación de corredores humanitarios. Desde la ONU consideran que estas medidas no garantizan un flujo continuo ni seguro de asistencia, y señalan que las multitudes desesperadas siguen descargando camiones en movimiento ante la falta de organización.
Denuncias cruzadas y cifras alarmantes
Desde el inicio de las operaciones del Gaza Humanitarian Foundation (GHF), un organismo respaldado por EE.UU. e Israel, más de 1.050 palestinos habrían muerto al intentar obtener alimentos, según cifras de la oficina de derechos humanos de la ONU. Al menos 766 de esos decesos ocurrieron cerca de los cuatro centros de distribución operados por GHF, ubicados dentro de zonas controladas por el ejército israelí y protegidos por contratistas de seguridad privados.
Mientras Israel acusa a Hamas de provocar el caos para manipular la narrativa internacional, testigos en Gaza narran otra realidad. Un hombre entrevistado por la BBC relató que un adolescente fue asesinado de un disparo en la cabeza mientras intentaba conseguir harina: “No llevaba un arma ni una piedra. Lo único que hizo fue intentar alimentar a su familia”.
EE.UU. y la presión por un acuerdo
Desde Israel, el presidente estadounidense Donald Trump se expresó en su red social, afirmando: “¡La forma más rápida de terminar con la crisis humanitaria en Gaza es que Hamas se rinda y libere a los rehenes!”.
En paralelo, funcionarios israelíes advierten que, si no hay avances concretos en las negociaciones para un alto el fuego y la liberación de cautivos, podrían tomar “nuevas medidas punitivas”, entre ellas, la posible anexión de partes del territorio gazatí.
Desde el ataque del 7 de octubre de 2023, que dejó 1.200 muertos y más de 250 rehenes en el sur de Israel, la ofensiva militar israelí ha provocado, según el Ministerio de Salud de Gaza, al menos 60.249 muertes en el enclave, una cifra que sigue en aumento cada día.